19 Nov Tratamientos más habituales para tratar árboles enfermos.
Los árboles saludables muestran un aspecto vigoroso, un tronco fuerte, una copa con un follaje denso, etc. Por el contrario cuando caen enfermos tenemos ante nuestros ojos árboles moribundos, en declive, secos, troncos rajados… acudir a arboricultores experimentados para que apliquen algunos de los tratamientos más habituales para tratar árboles enfermos, tras un diagnóstico preciso del problema, es vital para su recuperación.
Los árboles, al igual, que el resto de organismos vivos fácilmente se ven afectados por los cambios a la hora de ubicarlos fuera de su hábitat natural. Por ello, el ser humano debe trabajar para mejorar las posibilidades de supervivencia de cualquier árbol dentro del entorno urbano. Hacer uso de todas las herramientas necesarias a nuestro alcance para ayudarlos en esta zona de “no confort” es fundamental para su correcto desarrollo.
Existen diferentes signos que evidencian cuando un árbol está enfermo.
Un poda de árboles adecuada, la aplicación de tratamientos específicos realizados por arboricultores/jardineros o mejorar el suelo son algunas de los tratamientos más habituales para tratar árboles enfermos.
Cada ejemplar enfermo muestra un causante y unas consecuencias concretas por lo que a la hora de tratarlo podemos encontrar diferentes escenarios según su estado. Por lo que no existe una plantilla común para su cura y mucho menos para su recuperación. La base para una recuperación es tomar medidas previas gracias a un mantenimiento del arbolado correcto y una adecuada gestión del arbolado urbano.
¿Qué provoca que los árboles caigan enfermos?
Los árboles están sometidos a agresiones de su entorno que pueden provocar enfermedades causadas por hongos, bacterias, virus, falta de nutrientes… pero esta situación se agrava aún más si cabe cuando se habla de arbolado urbano.
Conocer la naturaleza del problema es vital para aplicar el tratamiento más correcto ante un árbol enfermo.
En el caso de árboles urbanos gran parte de la culpa de las enfermedades o patologías que sufren recala en la mala gestión del arbolado urbano, la pésima elección de especies y la falta de preparación en arboricultura lo que provoca talas, podas drásticas y/ o tratamientos inadecuados o demasiado agresivos. Por ello, confiar en una empresa con años de experiencia como Ajardina es asegurarnos unos árboles sanos y robustos. No olvidemos que con un diagnóstico incorrecto se aplicará un tratamiento inadecuado e, incluso, se podría empeorar la situación.
Tratamientos más comunes en la gestión de enfermedades arbóreas.
Los métodos más comunes de tratamiento y gestión de enfermedades arbóreas son:
- Prevención. Los árboles nos muestran síntomas cuando están enfermos. Estar atentos a esas manifestaciones ayudará a tomar medidas de manera temprana. Algunas de estas son: hojas amarillentas o marchitas con polvo negro o manchas blanquecinas, tronco con grietas o rajaduras, cambios importantes en la inclinación del ejemplar, presencia de roedores alrededor del árbol, encharcamiento permanente en su base…
- Saneamiento. Observar, evaluar el alcance de los daños y su gravedad. Seguir el desarrollo de la enfermedad y tomar decisiones adecuadas es necesario para dar la respuesta correcta. La gran mayoría de las enfermedades de las hojas no se curan, por lo que, es necesario eliminarlas.
- Poda. Cortar aquellas ramas o partes dañadas es la técnica más habitual para detener la propagación de enfermedades. Pero siempre deben ejecutar la poda profesionales del sector, puesto que, si se realiza de manera errónea estaremos abriendo una puerta más a agentes invasores.
- Endoterapia o inyección al tronco. Un tratamiento fitosanitario que se aplica sobretodo en el arbolado urbano. La endoterapia consiste en introducir un producto fitosanitario y/ o sustancia nutricional directamente en el sistema vascular atacando directamente al problema. Uno de los tratamientos más habituales para tratar árboles enfermos, en concreto, el más efectivo contra la temible oruga procesionaria o procesionaria del pino.
- Mejora en las condiciones del suelo. La calidad del suelo resulta muy importante para la fortaleza del ejemplar. Los suelos en las ciudades son suelos contaminados y altamente compactados con muy poca materia orgánica. La mezcla de materia orgánica mejora la penetración del agua, la aireación y la actividad microbiana, en definitiva, se debe cuidar y mejorar su fertilidad. También minimizar el estrés hídrico o, por el contrario, el exceso de humedad es importante para que las raíces no sean atacadas por agentes patógenos.
- Control biológico. El control biológico supone la producción y suelta en masa de enemigos naturales que se usan para combatir a los insectos causantes de plagas, siempre respetando el medio ambiente. La adaptación de este tratamiento ha supuesto una oportunidad, sobretodo, para la agricultura. Esta técnica en el manejo de plagas tiene ventajas importantes como la disminución del uso de fitosanitarios, seguridad de producción ante la demanda del mercado y una producción sostenible y respetuosa entre otras.
- Plantación de especies autóctonas. Las especies arbóreas propias de cada zona resisten más las inclemencias meteorológicas e, incluso, se adaptan mejor a aquellos patógenos propios de la región.
- Retraso en la repoblación forestal. Por último, una vez resuelto el problema o extraído el árbol enfermo no puede replantarse ninguna especie ni en el mismo lugar ni cerca hasta asegurarnos la completa descomposición del foco de la enfermedad.
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