Poda de formación, herramienta fundamental para el arbolado urbano.
Los árboles crecen en su hábitat natural sin intervención de la mano del hombre siempre que tengan luz, toda el agua que necesiten y un suelo rico en nutrientes. En el caso de los árboles urbanos, la poda profesional es necesaria para garantizar su salud. No olvidemos que los árboles cuidados no solo son útiles para la ciudadanía por sus beneficios, sino que, también las especies ornamentales hacen las ciudades más atractivas a la vista.
Antes de iniciar cualquier tipo de poda de árboles en Torrelodones existen dos principios fundamentales a tener en cuenta: estudiar el conjunto y no podar nunca si no existe una razón para ello.
La poda de formación debe ser bien planificada para obtener árboles sanos y robustos.
La poda de formación es un trabajo imprescindible en la gestión del patrimonio arbóreo de cualquier municipio. Esta poda comienza a ejecutarse al cabo de uno o dos años desde su plantación y se prolonga hasta que alcanza la madurez para dar paso a la poda de mantenimiento u otras más específicas según las necesidades del ejemplar. La poda de formación de la estructura es la mejor herramienta para formar árboles de arquitecturas robustas con ramas fuertes y bien orientadas hacia el exterior.
¿Por qué es tan importante esta poda ?
En primer lugar este método permite preparar al ejemplar de cara a enfrentar su futuro desarrollo y sus condiciones particulares limitadas por el entorno. En segundo lugar les ayuda a alcanzar los objetivos que se le asignarán cuando lleguen a la madurez. En tercer lugar una correcta poda de formación garantiza que los árboles crezcan lo más sanos y fuertes posibles, afrontando mejor los diversos factores bióticos y abióticos que puedan sufrir a lo largo de su vida útil. Por último y en cuarto lugar gracias a ella se limita el uso de intervenciones posteriores que resultan costosas, dañinas debido a los cortes que se ejecutan y, en algunos casos, agresivas para los árboles urbanos ornamentales.
Por tanto, se puede afirmar que esta práctica de arboricultura nos aporta más beneficios que cualquier otro trabajo que se realice sobre los árboles ornamentales ya que influye en su estructura futura, en su estética y reduce el coste del mantenimiento de los árboles en las ciudades.
¿Cuáles son sus objetivos básicos?
Dirigir o limitar su crecimiento. Si un árbol se deja crecer libremente puede alcanzar unas dimensiones demasiado amplias para un jardín privado o un entorno urbano. Con la poda de formación se busca mantener equilibrado su desarrollo sin perder la belleza de su porte natural.
Controlar la producción de flores y frutos. Una excesiva producción de frutos puede provocar una mala cosecha por ello, es importante que desde edad temprana se guíe en su cometido.
Evitar enfermedades y la aparición de plagas. Una poda de formación realizada por profesionales permitirá que la estructura del árbol sea más fuerte a medida que pasen los años y, por tanto, más resistente ante el ataque de plagas.