28 Jul Poda de formación de árboles urbanos
El arbolado urbano cualifica de manera muy positiva los espacios públicos y privados de las ciudades desde el punto de visto paisajístico, ecológico y de salubridad. Estos no solo hacen más agradable a la vista el paisaje de nuestras calles, plazas, espacios verdes o avenidas sino que, también hacen más habitables las ciudades. Por ello, si queremos mantener en buen estado de salud el patrimonio arbóreo de nuestras ciudades es necesario hacerlo desde sus inicios a través de la poda de formación de árboles urbanos.
Si deseamos disfrutar de los beneficios que el arbolado en la ciudad nos puede ofrecer para hacer la vida de los ciudadanos más habitables dentro del entorno urbano, se han de introducir sus necesidades en la planificación y gestión del arbolado urbano. En muchas ocasiones, cuando se producen los conflictos de estos elementos vegetales con el entorno urbano ya se encuentran en una etapa con difícil solución y los recursos para dar respuesta pasan muchas veces por la realización de podas drásticas e, incluso, la extracción del ejemplar.
Preocuparnos de su salud, de su perennidad y de su futuro pasa, sin ninguna duda, por preocuparnos de ellos desde el momento de su plantación en suelo urbano.
Poda de formación, clave para el desarrollo de los árboles urbanos.
Las podas, al contrario de lo que se cree, deben empezar desde el momento de su plantación (o incluso ya en el vivero) ayudando al árbol a través de este trabajo a adquirir una forma equilibrada y deseada configurando la arquitectura del ejemplar así como su estructura. Este tipo de de poda responde al nombre de poda de formación.
La poda de formación de árboles jóvenes es una práctica de arboricultura de gran importancia.
La poda de estructuración o formación de árboles urbanos ornamentales es un tipo de poda que se realiza desde el momento de su plantación en suelo, que coincide con los 2/3 primeros años de vida, y se prolonga hasta que alcanza la madurez. Con este tipo de poda se consigue establecer árboles de troncos fuertes con ramas suficientemente robustas y adecuadamente espaciadas hacia el exterior, en definitiva, formar especies arbóreas más fuertes. Esta característica es vital en el caso de los árboles urbanos para poder solventar todos aquellos factores hostiles para su correcto crecimiento que se encuentran en el entorno urbano. Gracias a la poda de formación en árboles urbanos los ejemplares jóvenes correctamente formados desarrollarán en su etapa adulta un esqueleto resistente que reducirá sustancialmente las necesidades de podas correctoras a lo largo de su vida útil.
Además de fijarse como objetivo obtener una estructura fuerte esta técnica de poda también facilita el crecimiento del árbol según su localización y dirige su crecimiento según el fin deseado.
Cuándo y cuánto podar?
Como ocurre con el resto de podas, la poda de formación debe realizarse en una época determinada. En principio, sería conveniente durante los meses de reposo vegetativo (invierno) siendo a veces necesaria una pequeña intervención en verano para corregir el crecimiento de primavera. La poda debe evitarse en el momento de formación de las nuevas ramas y hojas, por tanto, el momento para realizar este tipo de poda es justo antes de que empiece su crecimiento en primavera.
Una adecuada poda de formación de árboles urbanos hará posible un rico patrimonio urbano.
En el caso de la poda de formación se debe podar lo mínimo indispensable para consolidar nuestro objetivo, ya que, los cortes realizados en la poda suponen heridas además de riesgo de enfermedades y plagas. Para conocer cuánto hemos de podar es fundamental conocer todas las características de la especie arbórea y, sobretodo, cómo responde a estas intervenciones.
De todo lo anterior se desprende que la poda de formación es una herramienta clave para el bienestar de los árboles urbanos ornamentales y, por tanto, este tipo de poda debe dejarse en manos de profesionales y contratar una empresa de jardinería para tal fin.
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